Ramona Estévez (2011) ingresó el 26 de julio de 2011, a la edad de 91 años, en el Hospital público Juan Ramón Jiménez de Huelva tras sufrir un infarto cerebral masivo. Tras realizar un TAC, el hospital declinó sondarla por no considerar esta medida como indicada.
Más tarde fue trasladada al Hospital privado concertado Blanca Paloma donde los médicos optaron por la sonda nasogástrica como medida necesaria para alimentarla indicando a la familia que lo contrario estaba castigado con el Código Penal, por lo que esta accedió.
Más tarde, el hijo de la paciente, José Ramón Páez, solicitó al centro la retirada de la sonda que le pusieron el 4 de agosto defendiendo que su madre "no quería vivir amarrada a unos tubos". Aunque Ramona Estévez no había dejado testamento vital, sí había manifestado "ante testigos que "no quería que se la sondara".
Tras la negativa del centro a retirar la sonda, el hijo de Ramona preparó una reclamación por escrito, que presentó en la Junta de Andalucía y en el propio centro a través de la Delegación Provincial de Salud. El mismo día la Juntaintervino y el centro retiraba la sonda de Ramona.
Algunas Asociaciones y el obispo de Huelvasolicitaron pidieron a la justicia el restablecimiento, de la alimentación por sonda a la paciente. Las denuncias fueron archivadas por dos jueces de Huelva.
Ramona moría 14 días después de que le retiraran la sonda nasogástrica.
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